El equipo emprendedor está compuesta por Magdalena Ribbeck (CEO), Valentina Frenkel (CTO) y Ángela Contreras (CSO), todas de Chile.
Se dieron cuenta que había muchas personas que no podían disfrutar la comida con libertad, porque los alimentos hoy en día tienen muchas grasas y azúcar.
“Esto es un problema para quienes quieren cuidarse, pero es aún peor para las personas que tienen dietas especiales, personas con dietas hipocalóricas, que evitan la lactosa, o que evitan productos animales, por ejemplo.”, nos cuenta su CEO.
Al momento de iniciar, estaba recién empezando la Ley de Etiquetado Nutricional en Chile, y la falta de opciones más saludables en el mercado se evidenció en gran medida.
“A nosotras nos encanta disfrutar de la comida, y no queríamos que nadie tuviera que elegir entre comer sano, o comer rico. Así que nos preguntamos: ¿cómo podemos bajar las calorías y las grasas de nuestros productos de siempre, sin transar en su sabor?”, agrega Magdalena.
Buscaron sustitutos de la mantequilla, que tiene un alto aporte calórico, y vieron que ya se usan frutas para reemplazarla. El problema estaba en que al usarlas, la comida quedaba con el sabor de estas frutas, que no es deseable en todos los casos.
Como científicas, se dieron cuenta que podían darle una solución a este problema: que había una respuesta tecnológica, innovadora y natural para obtener un sustituto de mantequilla fácil de usar y que fuera neutro de sabor. Así fue como surgió Frutter.
Frutter es un ingrediente a base de frutas que sustituye grasas, como mantequillas y aceites, en las recetas de masas, y que tiene cincuenta veces menos calorías que la mantequilla.
La oportunidad
Frutter, al ser un producto a base de fruta, tiene aproximadamente cinco veces menos huella hídrica que la mantequilla y cuatro veces menos que un aceite promedio, lo que nos permite tener un impacto positivo en el medioambiente.
La idea en expansión
Hoy ya cuentan con una fábrica profesional de producción, con todos los permisos de ventas legales, y están realizando los primeros pilotos con cadenas de panadería.
En solo un año y medio han podido realizar la investigación pertinente para llevar a cabo nuestra idea a un producto real, han obtenido una fábrica profesional con todos los permisos legales para funcionar, y han ampliado su producción inicial cincuenta veces.
Con participación en el programa Start-up Chile, sus próximos pasos serán las pruebas piloto con distintos clientes y un escalamiento en su capacidad productiva.
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